lunes, 24 de marzo de 2014

¿Qué está pasando?

Yo no sé que le está pasando a nuestra sociedad y a nuestra gente, hoy por hoy. Simplemente es deporte y son niños/as.
Los que me conocen saben que soy muy exigente, muy responsable y que me miro a todos los niños/as por igual, sé que sólo algunos/as, unos pocos, los que llegarán a jugar hasta categoría sénior como fue mi caso o el de Alba o Cristina. Me gusta que los niños/as sean responsables, disciplinados, educados y por ese motivo les exijo concentración y el máximo de su esfuerzo en cada entrenamiento, pero lo vivido el sábado está fuera de mi lógica y como entiendo mi deporte.
Les cuento.
En un partido anterior al nuestro y justo cuando nuestros niños están calentando para jugar, veo y escucho a un padre y a un entrenador (ambos del mismo equipo y club) que se están tirando los trastos a la cabeza. El padre reclamaba al entrenador que ¿porqué no paró de gritar a los niños en todo el encuentro, si iban perdiendo?, a lo que el entrenador respondió que no era su asunto o algo así. Yo pensando, ni uno tenía razón ni el otro. El entrenador no tendría que responder así al padre, pero el padre no tenía que dirigirse al entrenador sino al responsable del club (que no estaba en ese momento). En fin, que casi llegan a las manos y gracias que habían otros padres por allí que los separaron. Lo más triste, es que los niños del equipo y su hijo estaban viendo el espectáculo. Paco y yo nos miramos y nos pusimos las manos en la cabeza.
Si con este espectáculo no tenía suficiente, y mientras estaba disfrutando del juego de nuestros niños (aunque fuéramos perdiendo), en la cancha justo al lado donde estábamos jugando se estaba disputando un encuentro de máxima rivalidad entre dos equipos punteros de la isla. Saben que mi campo visual es amplio y controlo lo que hay alrededor. En un momento de parón de nuestro partido, miro el otro partido y veo que un jugador del equipo A falla un tiro y cuando este niño baja a defender su entrenador lo llama a su banquillo, y le hecha una bronca. Este "entrenador" le pregunta a su jugador que ¿porqué había tirado y fallado? y sin dejar momento para la respuesta, deja al niño de pie a su lado durante varios minutos sin poder defender ni atacar, dejando a su equipo con cuatro jugadores.
Yo, a pesar de llevar 23 años en esto de formar jugadores/as y de ser muy exigente, nunca se me pasaría por la cabeza tales conductas ni en un sentido ni en otro.
Los niños/as van a disfrutar, a pasar un rato, a desconectar de los estudios, de los problemas de la vida, sin olvidar también, que hay exigirles que den el máximo por el equipo y por ellos mismos, pero no hay que llegar a esos extremos de dar un espectáculo lamentable y mucho menos cuando los protagonistas de esta historia que se llama deporte, son los niños.
Nunca me acostaré sin aprender algo nuevo de mi deporte y de mi gente.

Firma:
Lorenzo Godoy (Director Deportivo CB Egonaiga)

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